Y así nos quedamos, quietos, sin saber que decir ante este juego que inventó el destino, en el que nosotros somos los puñeteros títeres y él es quien nos manipula. Nos damos la espalda cada vez más, él nos gira y nos separa..te arrebata de mis brazos para joderme, yo lucho en su contra, pero..quién puede en contra del destino? quizá sea la hora de darme por vencida, puede que yo no sea lo suficientemente buena, puede que el destino me haya hecho pasar una mala etapa otra vez, pero esta será la última, porque este estúpido corazón no volverá a latir.
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