Quiero quererte, déjame hacerlo.
No entiendes que cada vez que me acerco a ti arde mi sangre, que mis manos me piden tocarte, recorrer cada centímetro de tu piel. Sentir tu respiración cerca es un placer de otro mundo, tus latidos en mi cabeza. Intentar controlar esas ganas de besarte que cada vez son más insoportables, abrazarte y tener que soltarte luego es lo más difícil que tengo que hacer cada día... La locura aumenta, los sentimientos fluyen y ya no sé si lo malo sería contenerse o dejar que ocurra.
Te propongo algo: Olvidemos el miedo y el "qué dirán". Estamos tú y yo, no necesitamos nada más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario