jueves, 19 de enero de 2012

Carta directa al cielo.

Ahora veo este espacio en blanco y creo que los anteriores fueron malgastados, no por el hecho de que fuesen llenos de palabras sin sentimiento, sino porque en esta vida sé que hay cosas más importantes que el cariño de un chico.
Creo que debo plasmar aquí esto que siento. Si me puedes leer allá donde estés, te digo que lo siento si alguna vez te fallé, si te hablé mal, o no te demostré lo mucho que te quiero y sobretodo, lo mucho que te admiro. Aunque sé que toda vida se apaga, cada vez que te miraba veía la fuerza en persona, aún en los peores momentos.
Ahora pienso, si, todos tenemos esa persona que admiramos, por la que decimos: me gustaría ser como él o ella. Pero casi siempre esa persona no existe en la vida real, no vivió etapas duras que le hicieron crecer como persona, no es alguien que puedes querer por como es, alguien que puede iluminar tu día con una sonrisa. Y si yo admiro a alguien en esta vida eres tú, y me siento orgullosa de hacerlo y por poder decir, ella era mi abuela, mi segunda madre.
Y aunque no demuestre el vacío que siento, es más grande cualquier otro, uno que nadie podrá ocupar, porque siempre, siempre estarás aquí, dentro de mí.

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