Puedes tenerlo todo si te lo propones.

Porque cuando creemos que todo está perdido, lo vemos todo negro y no nos damos cuenta de que ese es nuestro momento, el momento para brillar, para demostrar, para no dejar escapar aquello que quieres. No pensamos que cuando tengamos eso que tanto nos costó conseguir nos sentiremos agusto con nosotros mismos, que nos sentiremos compensados a pesar de creer que no nos merecemos algo tan bueno. Porque para merecernos a alguien, tenemos que merecernos a nosotros mismos, queriéndonos tal y como somos, y cambiando cada mínimo detalle que falla, mejorándolo. Y así finalmente conseguir lo que nos proponemos y alcanzar la felicidad máxima.