Cuando dejo caer la toalla húmeda al suelo, él se coloca detras de mí, me aprieta contra su cuerpo y me abraza con tanta fuerza que nuestras pieles parecen fundirse. Y cuando recorre mi nuca con los labios, me doy de cuenta de que debo actuar mientras mi cerebro aún funciona.
- Te quiero.-le digo en un suspiro.
Esboza una sonrisa y me lleva a la cama.
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